La contaminación digital en cifras:
Internet en el mundo hoy, es igual a: 9.000 millones de dispositivos, incluidos 2.000 millones de teléfonos inteligentes, 1.000 millones de ordenadores, entre 5.000 y 7.000 millones de objetos conectados, 45 millones de servidores, 800 millones de dispositivos de red, etc.
Unas cifras alucinantes, sobre todo cuando sabemos que la mayor parte del impacto medioambiental proviene de la fabricación de nuestros dispositivos y de su fin de vida, si está mal gestionada. Sólo la fabricación de un ordenador requiere nada menos que 240 kg de combustibles fósiles, 22 kg de productos químicos y 1,5 toneladas de agua !!
Pero eso no es todo, hay otra forma de contaminación, generada por nuestro uso de la web: la contaminación digital. Una contaminación que, contrariamente a su nombre, no tiene nada de virtual y es muy concreta. Su principio es sencillo: todos los datos de Internet, todos los movimientos en la red se almacenan en algún lugar. ¿La nube ? ¡no está en la nube! 😉
Para funcionar, Internet necesita datos almacenados en centros de datos. Hoy en día hay millones de ellos en todo el mundo. Los servidores de un centro de datos generan mucho calor, que debe limitarse para que funcionen correctamente. Por ello, cada centro cuenta con un sistema de refrigeración que mantiene la temperatura constante a unos veinte grados, algo que requiere una gran cantidad de energía. Las innovaciones técnicas intentan limitar este consumo de energía, optimizando el funcionamiento de estos centros, utilizando energías verdes o sistemas de recuperación de calor, pero como usuarios, ¡también tenemos la posibilidad de reducir esta contaminación mediante sencillos gestos a poner en práctica en el día a día!
1 – Ordena tus correos electrónicos y envía sólo los que necesites
Eliminando 30 correos electrónicos, ahorrarás la misma cantidad de energía que el consumo de una bombilla durante un día. ¿No está mal, eh?
Así que manos a la obra. Elimina todos los correos electrónicos innecesarios de tu bandeja de entrada, cancela la suscripción a los boletines que nunca lees y elimina el spam, vaciando la papelera de reciclaje, por supuesto. Piensa también en reducir tus correos electrónicos al mínimo. Para enviar archivos adjuntos, especialmente si son pesados, utiliza plataformas como “We Transfer” o “FramaDrop”.
2 – Cerrar las pestañas inactivas
Yo era el primera que mantenía muchas pestañas abiertas cuando hacía búsquedas en internet, nunca hubiera pensado que esas pestañas estaban gastando energía para nada. ¡Pero no! Están constantemente comunicando y enviando informaciónes, lo que consume energía. Así que ya sabes, recuerda cerrar las pestañas que no uses. La extensión de Chrome “The great suspender” permite cerrar automáticamente las pestañas después de un determinado período de inactividad.
3 – Desenchufar todos los aparatos
Tus aparatos electrónicos también necesitan un descanso. Y no por ponerlos en espera o pulsar el botón de apagado dejarán de funcionar.
Así que, por la noche, acuérdate de desenchufar todos los aparatos de Internet, la televisión, los ordenadores, los smartphones, etc. Tu factura de la luz te lo agradecerá y el planeta también. Recuerda también desenchufar tus dispositivos cuando estén completamente cargados.
4 – Elije el USB en lugar de la nube
Aunque es conveniente tener todo en un solo lugar, la nube consume todo tipo de información todo el tiempo. Una memoria USB o un disco duro entran en reposo en cuanto los desenchufas. Además, seguro que tendrás todo el almacenamiento que necesitas a un precio más bajo. Es un truco ecológico y económico.
5 – Optar por un motor de búsqueda ecológico
Google no es el único en el mundo. Hay muchos motores de búsqueda, algunos de los cuales donan parte de sus ingresos a asociaciones ecológicas.
Lilo, Ecosia, Ecogine… y muchas otras te permiten hacer una buena acción sólo por seguir buscando en internet. Para limitar el tiempo de permanencia en la web, y por tanto las transferencias de datos desde los centros de datos, optimiza tu búsqueda utilizando sólo unas pocas palabras clave. Utiliza también tus favoritos y tu historial, y escribe la dirección directamente en la barra de direcciones cuando la conoces.
6 – Descargar, y transmitir menos
Al descargar, el servidor sólo transmite los datos una vez, en comparación con el streaming, ya sea música, vídeos, series… Los vídeos en línea representan el 60% del flujo mundial de datos y son responsables de casi el 1% de las emisiones mundiales de CO2. Piensa también en ver tus películas en baja definición (si la calidad no es demasiado mala, ¡no hace falta que te duela la vista!).
7 – Eliminar el software innecesario
Instalado por defecto en los ordenadores nuevos, algunos programas son inútiles. No dudes en desinstalarlos, ya que pueden ralentizar todo el sistema y reducir la vida útil de tu ordenador.
8 – Optar por el reacondicionamiento en lugar de uno nuevo
Lo más fácil es ser sensato y hacer que tu equipo dure lo máximo posible. Utilizar un ordenador durante más tiempo y alargar así su vida útil en 3 años evitaría la emisión de 2,3 kg de equivalentes de CO2 al año”. Pero si esto no es posible, lo primero que hay que pensar es en el reciclaje. Los talleres especializados se encargan de remodelarlas para darles una segunda vida o de recuperar todos los componentes posibles. Entonces, si vas a comprar un equipo nuevo, piensa en renovarlo. La fabricación de un smartphone produce 80 kg de CO2 y 330 kg de CO2 en el caso de un portátil. Por último, si no encuentras lo que buscas en los sitios de reacondicionamiento, elije equipos en modo “ecodiseño”. Garantizan una mayor vida útil del producto y una comercialización y utilización de productos y servicios que para fabricarlo tengan un menor impacto en el medio ambiente. Pueden identificarse con ecoetiquetas.